La Tierra Fragmentada, de N.K. Jemisim, es una trilogía que mezcla elementos de ciencia ficción y fantasía. Un mundo amenazado por las condiciones climáticas, unos habitantes acostumbrados a vivir al filo del desastre y una sociedad que repudia a aquellos nacidos con el poder de controlar los seísmos, los orogenes.
La estaciones de Quietud.
Quietud es el mundo donde se desarrollan los hechos relatados en la saga. Una tierra que antiguamente estaba unida, pero se ha ido fragmentando en diferentes continentes. Una tierra acostumbrada a los desastres naturales ya que cada cierto tiempo los terremotos, llamados estaciones, asolan el paraje dejándolo yermo y obligando a los habitantes a perecer o buscar nuevos lugares donde vivir.
Una tierra donde la energía que emana de la tierra es usada como arma, ya que los orogenes pueden controlar (para bien y para mal) estos movimientos sísmicos. Estos humanos evolucionados, con ese gran poder, les ha labrado una mala imagen entre sus congéneres, donde se mezcla el odio y el miedo que se tiene por ellos.
En todo este universo conocemos a Essun, una orogen que ha mantenido en secreto su poder con el fin de tener una vida tranquila y no ser excluida socialmente. Desgraciadamente no todo es eterno y su marido descubre su secreto...
Una lectura llena de crítica social y medioambiental, donde se ahonda en los problemas de tolerancia y empatía existentes en Quietud (que podemos trasladar perfectamente a cualquier parte del mundo).
La calidad de la saga está más que demostrada, no por nada cada uno de los libros que conforman esta trilogía ha sido ganador de un premio Hugo. Algo digno de mencionar ya que además fueron en años consecutivos, 2016, 2017 y 2018.
Sinopsis de la Tierra Fragmentada.
Toda era tiene que llegar a su fin. Ha dado comienzo una estación de desenlaces. Empieza con una gran grieta roja que recorre las entrañas del único continente del planeta, una grieta que escupe una ceniza que oculta la luz del sol.Empieza con la muerte, con un hijo asesinado y una hija perdida. Empieza con una traición, con heridas latentes que comienzan a supurar.